Cada vez que digo o leo la palabra quercetina, me viene a la cabeza el recuerdo en una clase de 300 alumnos y alumnas, un terrible examen de botánica en primero de mi primera carrera, donde inevitablemente teníamos que sabernos los Quercus: todos los ejemplares del género, los nombres de las especies, sus nombres comunes, características y detalles pormenorizados. Para una chica de ciudad, eso era un poco complicado. Más allá de los árboles de los jardines y parques de donde yo vivía, como pinos, sauces, arbustos florales y algún nisperero que alguien plantaba por error al dejar caer las semillas de un níspero en la tierra, a mí me interesaba más la química que reconocer el árbol en sí. Me aplastarán los botánicos, pero posiblemente este interés más por lo minúsculo tenga que ver con otros factores que no vienen al caso. En resumen, os cuento que el género Quercus incluye robles y encinas, por ejemplo. Existen muchos tipos de robles, siendo Quercus robur una de las especies más común en nuestras latitudes.
Y te preguntarás, si la quercetina está en los robles o en árboles parecidos y por eso son tan fuertes… pues sí y no. ¿Entonces?
Veamos, algunos datos acerca de la historia de la quercetina nos indican que se descubrió a mediados del siglo XIX concretamente en 1854 por J. Rigaud, pero la sustancia proveniente de algarrobos recibió el nombre unos años más tarde. También tenemos datos de que el nombre “quercetina” hace referencia a las zonas en las que se encontró, concretamente al bosque o arboleda de robles, que en latín se dice quercetum; también en italiano, la palabra querceta significa bosque de robles.
Teniendo claro ya que nuestra sustancia tiene una historia detrás, veamos dónde se encuentra y para qué nos sirve a la humanidad.
¿Qué es la quercetina?
La quercetina es un pigmento de la gran familia química de los bioflavonoides, concretamente un flavanol. Está relacionado con otros flavonoides como, por ejemplo, la rutina.
Como pigmento, la quercetina ofrece a los vegetales tonos amarillos y anaranjados generalmente, aunque se puede encontrar en vegetales con otros colores. Tengamos en cuenta que con frecuencia los vegetales contienen más de un pigmento y lo que nuestros ojos reciben y nuestro cerebro ve, es una mezcla de colores que terminamos diciendo es granate o naranja, por ejemplo.
Está presente en una variedad muy amplia de vegetales que están en nuestra alimentación como por ejemplo, en las cebollas moradas o rojas. Generalmente el cerebro de la mujer está preparado para ver muchísimos más colores que el cerebro de hombre, por ello que no sirva de discusión el color de la cebolla.
La quercetina está también en el té, en las manzanas, en las alcaparras, en la fibra de algarrobo, en el kale tan de moda o en hierbas culinarias como eneldo o cilantro.
Con mucha frecuencia los bioflavonoides o pigmentos de este tipo como la quercetina tienen funciones de protección en los vegetales. No olvidemos que los vegetales árboles, arbustos, frutos… también sufren enfermedades, picaduras por insectos y hacen lo posible por repararse.
¿Qué hace la quercetina en nuestro cuerpo?
En el cuerpo humano la quercetina, muestra una interesante y variada acción. Por una parte se comporta con un poderoso antioxidante que puede secuestrar radicales libres que dañan las células de nuestro organismo. Como parte de estas acciones antioxidantes existe una relación con una mejor protección de los tejidos frente al deterioro y al paso del tiempo, lo que se suele relacionar con una acción antienvejecimiento.
Por otra parte, se comporta con una sustancia que participa en el proceso de regulación de la inflamación que puede estar asociada a reacciones alérgicas donde participa la histamina, de hecho, se considera de gran ayuda como una sustancia antialérgica natural.
El asma y otras condiciones respiratorias como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) podría beneficiarse de la quercetina, junto con otros nutrientes.
También la quercetina participa en reacciones de defensa frente a microorganismos como ocurre en los resfriados provocados por virus, ayudando a la función normal del sistema inmunológico. Según los estudios estas acciones antimicrobianas directas e indirectas podrían estar relacionadas con su capacidad general de modular la respuesta inflamatoria en la que participan las plaquetas, los pequeños vasos sanguíneos, mejorar la función de la vitamina C, entre otros.
Estas acciones antiinflamatorias sobre los vasos y sobre la inflamación se ha considerado de gran importancia para el cuidado cardiovascular y de apoyo en el control antihipertensivo de modo coordinado con la medicación convencional
En deportistas de élite se ha observado que el dolor, el estrés oxidativo en definitiva, se optimizan promoviendo una mejor experiencia y mejor recuperación tras el esfuerzo físico.
Esta experiencia es considerada muy importante de cara al cuidado de las personas mayores o de edad avanzada, donde la quercetina podría jugar un papel muy destacado al ayudar con su acción protectora de los procesos inflamatorios excesivos, de la hipertensión, apoyo inmune, cardiovascular, así como al cuidado del tejido muscular mediante las distintas vías de control de antioxidación y metabolismo del óxido nítrico, entre otros factores.
Complementar la dieta con quercetina
Si bien la quercetina está en los alimentos, la dosis que podemos ingerir diariamente varía tanto con el tipo de dieta, como con el tipo de cultivo. Alimentos de cultivo orgánico con las cebollas rojas contienen más quercetina que las que no son de cultivo orgánico.
A la hora de desear apoyar nuestra salud, se podría recomendar un suplemento que nos aporte un extra de quercetina aislada, lo que evitaría de este modo tener que ingerir unas cantidades de alimento que posiblemente serían demasiado altas para poder obtener las dosis activas que se recomiendan.
Por ejemplo, 500 mg de quercetina podrían encontrarse en un kilo de manzanas, pero no parece que comer un kilo de manzanas diario sea factible. No me imagino comiendo cada día medio kilo de alcaparras encurtidas…
Quizá, y volviendo a mi examen de botánica, estar fuerte como un roble tenga que ver con la quercetina.
Recuerda siempre consultar con un/a profesional de la salud si necesitas ayuda, y elegir marcas de confianza.
Alguna bibliografía complementaria:
Li, Y., Yao, J., Han, C., Yang, J., Chaudhry, M. T., Wang, S., Liu, H., & Yin, Y. (2016). Quercetin, Inflammation and Immunity. (Quercetina, inflamación e inmunidad) Nutrients, 8(3), 167.
Marunaka Y, Marunaka R, Sun H, Yamamoto T, Kanamura N, Inui T, Taruno A. (2017) Actions of Quercetin, a Polyphenol, on Blood Pressure. ( Acciones de la quercetina, un polifenol, sobre la presión arterial.) Molecules. 2017 Jan 29;22(2):209.
Mlcek J, Jurikova T, Skrovankova S, Sochor J. Quercetin and Its Anti-Allergic Immune Response. (Quercetina y su respuesta immune antialérgica) Molecules. 2016;21(5):623. Published 2016 May 12.